Por Diego Cano – @DC_1867 //
Reseña de «El monarca de las sombras» de Javier Cercas. Random House. 2017
Un par de semanas atrás se acaba de editar en la Argentina la última novela del español Javier Cercas cuyo título es El monarca de las sombras. Como nos tiene acostumbrados, Cercas esgrime un desarrollo atrapante que no deja al lector en paz hasta terminarlo. Igual que en sus novelas anteriores novelas, Cercas utiliza dos narradores, uno más objetivo, donde expone la voz de del investigador sobre un tema, en general controvertido; y una segundo narrador de las vicisitudes de esa búsqueda donde da más vuelo a su pluma e intenta darle sentido al problema planteado. Este nuevo libro trata de la reconstrucción de la vida de su tío abuelo Manuel Mena, falangista, alférez en el ejército de Franco, quien fue muerto en la batalla del Ebro en la guerra civil española con apenas diecinueve años, convirtiéndose en una leyenda familiar y de su pueblo.

Las novelas de Javier Cercas suelen tratar sobre temas de la historia reciente de España tanto Soldados de Salamina, Anatomía de un instante, El Impostor así como esta última que acaba de lanzarse. Esto hace atrayente, por lo nuevo a aprender contado de manera amena, y al mismo tiempo dificultoso para el lector argentino menos instruido en la problemática española. Sin embargo, los libros de Cercas siempre tienen un eje en una pregunta moral sobre la cual intenta avanzar en una respuesta, no siempre del todo respondida en sus libros más allá del contexto siempre repuesto en detalle.
Con este libro (segundo en ventas en toda España por más de tres semanas) han aflorado muchas críticas. La más difundida es una de tono más bien político respecto al rol, tal vez justificativo, de la propia historia familiar de Cercas vinculada al franquismo. Esta novela, podría decirse, es un ejercicio de autocrítica, asumiendo desde un lugar de madurez la herencia familiar. Quizás la critica que se le podría hacer a Cercas no es tanto su ambigüedad política, ya que la literatura no tiene por qué dar referencia a otro lugar que no sea la propia literatura (en todo caso Cercas en ningún lugar oculta sus simpatías políticas, por demás evidentes) sino justamente lo contrario: su poca de ambigüedad literaria. La misma fortaleza de sus novelas, desarrolladas desde el un punto de vista del narrador en primera persona, en lo que se ha denominado “literatura testimonial”, o “literatura del yo”, con esa figura fuerte de un Javier Cercas novelado, pseudo-historiador, pseudo-novelista, en El monarca de las sombras se ve exacerbada al punto de que pareciera siempre la voz del autor la que esgrime sus argumentos sin mediaciones. En otras novelas suyas, como por ejemplo, La velocidad de la luz, aunque las voces de la narración son similares, Cercas juega con inventar un Cercas fantaseado, novelesco, donde el lector entra en el pacto planteado de dejarse llevar por la peripecia de la historia narrada sin importar si quien narra es el mismísimo Cercas o su evidente versión novelada. En este libro la ambigüedad es significativamente menor, los trazos ensayísticos sobre la guerra civil y la propia posición política del autor al respecto, expresan demasiadas certezas, quizás demasiadas respuestas explicitas, dejando poco margen para ese “decir sin decir” necesario del lenguaje literario que en otros casos invita más al lector a llenarlos, sumado a que la voz parece no despegarse en ningún momento del propio autor.

Más allá de cualquier apropiación crítica, Cercas evidencia en este nuevo libro su capacidad de centrase en personajes contradictorios que cuestionan el sentido común y por tanto atrapan al lector en una trepidante novela de aventura casi estilo policial de reconstrucción y solución de un enigma. Lamentablemente carecemos en la Argentina de autores tan potentes para instalarse en el centro de la esfera pública. Tal vez, la necesidad y avidez del público lector argentino este construida de manera diferente. Lo que sí puede afirmarse es que esto hace de la lectura de Cercas en nuestro país algo más urgente y necesario ya que seguro tenemos mucho para aprender de él. El monarca de las sombras confirma, no sólo su buena pluma, sino que esa capacidad de Javier Cercas de aportar luz al debate público continua intacta.
Diego Cano, escritor, dirige el Centro de Estudios e Investigación Histórica (CEIH)